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Wegener, una revolución justa

Foto del escritor: borisperezaborispereza

 

Alfred Lothar Wegener. Foto: Wikipedia

En 1915, hace menos de un milisegundo geológico, un veterano de guerra alemán se opuso a la idea de la estática de las masas terrestres, reinante entre los geólogos de esa época. Nacido en Berlín, Alemania el 1 de noviembre de 1880, Alfred Lothar Wegener se adelantó a su época proponiendo una teoría que hasta el día de hoy sigue innovando y redefiniéndose.

En 1906 Alfred empezó a viajar por diversas partes del globo, formándose como meteorólogo en expediciones hacia Groenlandia, el cual se convirtió en su lugar favorito para sus observaciones meteorológicas, y Europa. Se cree que, al observar la fragmentación del hielo en una de sus expediciones a Groenlandia, una idea revolucionaria empezó a surgir en él, idea que esperaría a ser expuesta a la comunidad debido a los conflictos bélicos entre su nación y el resto del mundo del cual fue partícipe.

Reclutado para la I Guerra Mundial, sirvió en la Infantería como teniente de ganaderos hasta que dos heridas en la pierna sufridas en 1914 hicieron que lo trasladen al servicio meteorológico del ejército germano, en donde reanudó su actividad científica y, recuperándose de su lesión, escribió la primera versión de El origen de los océanos y los continentes, publicada por primera vez en 1915 y reeditada muchas veces. En este libro, Wegener planteó que los fósiles de una misma especie encontrados en África y Sudamérica, las parecidas siluetas de los márgenes entre estos dos continentes, las similares condiciones paleoclimáticas en India y Australia (y en otras diversas partes del mundo) y la aparente continuación de estructuras geológicas como las montañas de Los Apalaches en las montañas de las islas Británicas y Escandinavia no eran pura coincidencia y que en algún momento, hace tiempo, estuvieron conectados todas las tierras en un supercontinente llamado Pangea.

Sin embargo, a pesar de toda esta evidencia, su idea no fue bien recibida por la comunidad científica de aquellos años, sosteniendo correctamente que otros puntos en su teoría (como la velocidad de separación por año y causas que originaban dichos movimientos) eran erróneos. Además, él destacaba como meteorólogo y astrónomo, mas no como geólogo, mucho menos como profesor. La avalancha de críticas hacia Wegener fue brutal. La oposición se puede resumir en la frase de Rollin T. Chamberlin, geólogo estadounidense, que menciona “Si vamos a creer lo que dice Wegener, debemos olvidar todo lo que estudiamos en los últimos 70 años y empezar de nuevo”. Desde el lanzamiento de su libro hasta muchos años posteriores, Wegener fue refutado constantemente por muchos geólogos que demostraban que lo que afirmaba no se cumplía completamente. Año tras año, investigaciones científicas apabullaban más esta idea y se sumaban a la lista de los detractores.


Wegener en su último viaje a Groenlandia. Foto del Alfred Wegener Institute for Polar and Marine Research.

En 1930, a la edad de 50 años, el berlinés falleció durante una expedición a Groenlandia. Alfred desapareció en una tormenta junto a Rasmus Villumsen, su compañero, al intentar retornar al campamento base en busca de provisiones justo el día de su quincuagésimo cumpleaños. Se cree que pereció de un paro cardiaco debido al esfuerzo y que su compañero, quien también falleció en esta travesía, fue quien enterró su cuerpo en la nieve. El cuerpo de Wegener fue encontrado seis meses más tarde, pero por voluntad de Else Köppen, su esposa en vida, sigue enterrado en las capas de hielo de Groenlandia, alegando que él debía pertenecer allí, en la tierra al que él tanto tiempo de estudio le dedicó.

Pero de vuelta al panorama científico, cada vez había menos militantes siguiendo el sueño viejo de Wegener, aunque ahora encabezados por A. du Toit. Las críticas también eran cada vez menos, pero al estar encabezadas por el notable geofísico inglés de la época, Sir Harold Jeffreys, tomaban mucho peso. Es más, hasta el día de su muerte, Jeffreys debatió incansablemente las nuevas evidencias que surgían para sustentar la deriva continental.

Ya por los años 50, las naciones, en su necesidad de plantear estrategias militares antisubmarinos, iniciaron observaciones en el fondo oceánico. Una montaña de información fue recopilándose hasta 1965, año en que las investigaciones sugerían que los movimientos tectónicos eran la única explicación para la dinámica global. Jeffreys, con una inteligencia abrumadora, intentaba refutar cada evidencia, pero sin éxito. Entre 1965 y 1968, un grupo de jóvenes científicos de varias universidades dan base a la teoría que mecaniza al viejo y olvidado ideal de Wegener. La revolución geológica estaba en pleno apogeo. Hacia finales de los años sesenta, la gran mayoría de los científicos de todo el mundo se habían convencido de los desplazamientos tectónicos. ¡Al fin se había hecho justicia!

Wegener revolucionó las ciencias de la Tierra siendo meteorólogo, así como Darwin revolucionó la biología siendo geólogo. De él se puede aprender valores como la perseverancia y el fuerte ideal que mantuvo a pesar de tan dura oposición, siguiendo firme en sus incluso hasta el último día de su vida, cuando dirigía un nuevo viaje para seguir corroborando su teoría y, lejos de amilanarse ante las críticas, murió siguiendo sus convicciones, mérito que merece el mayor de los respetos.

Placa conmemorativa a Alfred Wegener en el 100 aniversario de su nacimiento. En ella se lee: “En esta casa vivió entre 1924 y 1930 Alfred Wegener, profesor de meteorología y geofísica de la Universidad de Graz. Su teoría del desplazamiento continental inició el desarrollo de las geociencias, que condujo a un cambio revolucionario de la imagen de la Tierra. La ciudad de Graz, 1980. Foto: INHIGEO
 

Referencias

  • Suárez, Gerardo (1990) La revolución de Wegener: Nuevas ideas para una vieja Tierra. Revista de la Universidad de México

  • Benialgo, Mercedes (2012) Alfred Wegener: de outsider a revolucionario de la geología, de CONICET. Sitio web: https://www.conicet.gov.ar/alfred-wegener-de-outsider-a-revolucionario-de-la-geologia/

  • Cruz, C. M. G. (2012). Alfred Lothar Wegener (1880-1930), una vida para la ciencia. Enseñanza de las Ciencias de la Tierra, 20(1), 4-26.

  • Tarbuck; Lutgens; Tasa (2010) Ciencias de la Tierra 8° Ed. Madrid, España: Editorial Pearson

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